Esa noche me inundo el recuerdo de mis diez primeros años de vida, vividos en ese castizo barrio del Albaicín, en los cuales correteaba por las calles lleno de energía e ilusión. Estas calles empedradas, que mas de una vez han sido testigo de las heridas de mis rodillas.
Ahora, con la experiencia de los años vividos, y peinando ya canas, de vez en cuando me gusta disfrutar de sus calles y de sus siempre bellas estampas, de las cuales aquí os muestro algunas de las más impresionantes.
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